Palpitar Cristalino
La mañana en un rayo sólido calienta mi cara, la expectativa
de pronto llega a su punto de ebullición, al rato se torna ausente.
Puse los pies en el piso, lo que congela mis plantas al
instante, y dando saltos casi de danza termino de ponerme la ropa.
Estando allá a dónde iba desee no tener ojos u oídos, pues
superficialidad y crueldad se habían unido en una conversa, personalidades que
en el pasado no eran más que humildad con semblante sincero.
Los senderos que a veces tomamos pueden retorcer nuestro
cerebro a su antojo, y éste muta. Lo que antes era un abrazo ahora no es más
que una elevación de mentón sin palabra alguna.
Aunque sus pensamientos me aturden, de igual forma puedo oír
a esa vieja persona gritando súplicas por su liberación. No estoy dispuesto a
ayudarle, pues no es responsabilidad de nadie más las consecuencias de lo que
decidimos.
En tal caso la balanza está disponible, tendrá que medir qué
pesa más dentro de sí, aunque estoy casi seguro que el corazón de hielo tocará
piso pero sin demasiada fuerza, no se destruye.
El desgano de pronto se evapora, quizá la calidez del día
tenga doble filo, por fin puedo entender que conocer a alguien implica no
predecir el futuro. Al esfumarse la luz puede que esté dispuesto a correr un
nuevo riesgo.
Luiggy Guillén
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